Hay personas que se preparan para aceptar la muerte.
Para vivir el fin de un gran amor se preparan otras,
Y hay todavía las que se preparan para oír un simple
NO.
Muchas personas me han dado un consejo:
Que yo me prepare para los dolores.
m u e r t e s f i n a l e s d e s p e d i d a s
Pero, un día descubres que dentro de ti existe una
oscura caverna,
donde vive domesticado un monstruo.
Y él a veces
(pocas en la vida)
muestra su cara salvaje;
cuando esto ocurre,
tú miras a usted
como pedazo que es
de un monstruo terrible,
Y en alguien
(muy amado)
tú haces nacer el dolor.
Después que usted,
“el monstruo”,
regresa otra vez a su caverna,
Tú te quedas con el ímpetu salvaje de su oscura
caverna interna.
Y eso nadie me había dicho
que un día se podría ocurrir.
Nadie te prepara para eso.
De esta dolor no se sobrevive.
Se duele amargamente…